¿De dónde se han sacado que exista un derecho al déficit?

Una de las nuevas, y absurdas, invenciones del populismo izquierdista.

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No se trata de una gran aportación: antes le llamábamos gastar más de lo que tienes y todos sabíamos que era una locura, una vía directa a la ruina. Pero ahora resulta que es un derecho… ¡cómo no nos habíamos dado cuenta hasta ahora!

Fernando Díaz Villanueva lo resume en el título de su clarificador post en Voz Pópuli: Derecho al déficit, derecho a la idiotez. Allí leemos:

«El principal –y acaso el peor– de los efectos secundarios que ha tenido sobre la política española la irrupción de Podemos es la elevación a categoría de genialidad de disparates que en cualquier otro país de Europa, con excepción quizá de Francia, que es de donde vienen todos los absurdos serviles que nos afligen, no pasarían de excentricidades. El léxico político se ha llenado de majaderías que hace solo un lustro nos hubiesen parecido eso mismo, pero que en estos días, después de dos años de adoctrinamiento intensivo impartido por los chicos de La Sexta a mayor gloria de Soraya, al pueblo llano se le antojan talentos insuperables. Algunos se preguntan cómo no se les habían ocurrido antes. No sé, ¿quizá porque eran una memez? Eso, claro, no se lo plantean.

La nómina de ocurrencias es interminable. Revise la prensa de los dos últimos años y compruébelo usted mismo. La bobaliconería zapaterista al lado de lo que tenemos que aguantar a diario es un juego de niños. El núcleo irradiador ese del que hablaba Errejón hace unas semanas en un tuit psicotrópico redactado en ese lenguaje soviético que les es tan caro, ha conseguido algo que a muchos nos parecía imposible: inyectar en una mayoría de españoles el virus del sinsentido, el mismo del que se valen los tiranos de todos los tiempos para persuadir a sus súbditos que el blanco es negro, la guerra es la paz, que sólo ellos representan el equilibrio cósmico y que cualquier alternativa es el pasado, un lugar lóbrego y miserable al que nadie quiere volver.

[…]

Los irradiadores han convencido a muchos, por ejemplo, de que los niños españoles se mueren de hambre, de que, sin experimentarlo, vivimos en una espantosa dictadura que nos reprime con ferocidad o de que el Estado gasta poco y de ahí todos nuestros problemas económicos. Es, de hecho, esta última la más grande y la peor de todas las mentiras. Un servidor y otros muchos llevamos años rebatiendo en todos los foros a los que hemos tenido acceso que el Estado en España despilfarró a placer antes de la crisis y lo ha hecho con más bríos en el curso de la misma. El problema de nuestro país es, efectivamente, el tamaño del aparato administrativo, pero no porque sea pequeño, sino porque es gigantesco. Eso implica un gran coste para los sectores productivos de la población, expoliados diariamente para mantener una burocracia que se cuenta por millones y gasta por miles de millones. Un tremendo e invisible coste de oportunidad que nos ha privado de ahorro y nuevas inversiones que, a su vez, hubiesen repercutido en riqueza, empleo y prosperidad.

[…]

Ahora están con lo del derecho al déficit que, traducido al román paladino, es inventarse un derecho a vivir por encima de las posibilidades propias. Es irracional, lo sé, desafía las reglas más elementales de la lógica, pero ahí lo tienen. Ingresar nueve y gastar doce es el bálsamo definitivo. Parece que nadie repara que entre medias hay tres que tendrán que pagarse en el futuro. Los que adquieren la mercancía prefieren no pensar en ello porque han decidido vivir en el país de nunca jamás. Los que la venden saben bien que su esquema de fantasmagóricos derechos es insostenible en el tiempo, pero perseveran porque si todo sigue como hasta ahora más pronto que tarde serán ellos los que fabriquen el dinero y la estadística oficial. Fabricar dinero permite alargar el engaño unos cuantos años más sin que lo advierta la plebe. Firmar la estadística es crear un presente paralelo como en el que viven cubanos y venezolanos, naciones ambas que, de ser por sus estadísticas oficiales, serían más ricas que Suiza.»

Mi querida y delirante España

MQETWFACE



Categorías:Economía, Podemos, Populismo

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