¿De verdad te crees que la solución al problema nacionalista es el diálogo?
En un artículo en el diario El País Inés Arrimadas nos da la clave para solucionar el mal llamado problema catalán. Nos dice Inés que «Sin duda, en democracia las leyes y las resoluciones de los jueces se tienen que cumplir; pero también hay que escuchar, dialogar, rebatir argumentos tramposos y negociar las peticiones sensatas. Hacer política no es enrocarse, sino conversar y buscar soluciones«.
Nadie puede discutir ni poner en duda el gran papel jugado por Ciudadanos en Cataluña como dique de contención contra los proyectos separatistas. Ciudadanos ha dado el cayo y si realmente se puede hablar de fracaso del proyecto separatista en buena medida se debe a la labor de Ciudadanos.
Por eso sorprende, y mucho, que Inés Arrimadas proponga ahora que la solución a los problemas separatistas es el diálogo. Incluso que se plantee que «merece la pena debatir ciertas reivindicaciones legítimas defendidas tradicionalmente desde Cataluña que serían asimismo beneficiosas para todo el país, como un nuevo sistema de financiación de los servicios básicos que garantice principios como equidad, suficiencia financiera, corresponsabilidad fiscal y transparencia; o el impulso de infraestructuras necesarias para la industria y el comercio como el corredor mediterráneo». Llama poderosamente la atención esa llamada a reconstruir puentes.
Este artículo de Inés Arrimadas sorprende y llama la atención porque denota que la líder de Ciudadanos en Cataluña no conoce la esencia del separatismo catalán. Porque si la conociera sabría que es imposible dialogar con un separatista. ¿Por qué? Porque el separatista no es una persona leal con España y si no hay lealtad en la otra parte no es posible llegar a acuerdos sinceros y verdaderos.
En MQE nos parece muy bien que se puedan abordar problemas que afectan a Cataluña, incluso un nuevo modelo de financiación – obviamente común para todas la comunidades -. Nos parece muy bien porque entendemos que el problema fundamental no es el qué se negocia (sobre eso siempre se puede dialogar y ver si hay capacidad de llegar a acuerdos y promover el bien común) sino con quién se negocia. Y la experiencia demuestra que con una persona desleal, que no quiere construir conjuntamente sino simplemente beneficiarse de la negociación y exprimir a la otra parte no cabe ningún diálogo. Porque ese diálogo con los separatistas no lleva a ningún buen puerto al menos para nuestra querida España. Y esto no es algo que digamos en MQE, es algo que demuestran los 40 años de democracia durante los cuales separatistas vascos y catalanes nunca han sido leales al proyecto común de España.
Por eso la invitación a reconstruir puentes con los separatistas suena a síndrome de Estocolmo. O es que todavía no se ha percatado nuestra querida Inés de que cada vez que cruzan un puente los separatistas lo vuelan para que no pueda haber marcha atrás en el terreno conquistado.
No querida Inés, los separatistas no son de fiar, no son leales y por eso sólo entienden el lenguaje de la firmeza y la contundencia. Un lenguaje que le deje claro que no van a poder seguir exprimiendo a España. En lo que si estamos de acuerdo con Inés, no van a ser todo críticas, es que el desafío separatista exige un proyecto atractivo de España, en lo que no podemos estar de acuerdo es en que ese proyecto es el acuerdo firmado entre el PSOE y Ciudadanos para la investidura fallida.
Mi querida y arrimada España.
Categorías:Cataluña, España, Separatismos
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