En cuanto deje la presidencia de los Estados Unidos tiene previsto presentarse en las listas de Podemos en Almería
Día histórico, en el que el líder de la nación más poderosa del mundo se rindió ante el carisma del líder del partido víctima de su lucidez. Pablo Iglesias lo ha explicado: bajo la romántica sombra de un caza norteamericano en la base de Torrejón, Obama le confesó, arrobado, que estaba «impresionado» con los resultados alcanzados por el partido que perdió millón y medio de votos en las pasadas elecciones y que considera a Podemos como algo «extraordinario».
Fueron sólo tres minutos, es cierto, pero basta uno para cambiar toda una vida. Pablo Iglesias, con su habitual modestia, no ha desvelado el resto de la entrevista. Pero la cosa fue a más: un Obama fuera de sí, buscando en todo momento el contacto físico con el gran líder podemita, le confesó que ya no podía vivir sin Podemos, que no duerme por las noches, que las comidas le saben sosas y que incluso los chistes de Michelle ya no le hacen gracia. No tiene otra cosa en la cabeza y, en un rapto de entusiasmo, Obama le confesó sus planes para el momento, ya cercano, en que abandone la Casa Blanca: pedir la nacionalidad española, afiliarse a Podemos y ser cabeza de lista por Almería, la provincia que se les resiste desde el batacazo que se pegó el ex general Julio Rodríguez.
Con lágrimas en los ojos, Obama le preguntó a Iglesias: «Abandonaré la Casa Blanca a principios del año que viene… ¿podrás esperarme, darling?»
No hubo tiempo para más; pero ya lo podemos proclamar a los cuatro vientos: ha empezado una bella historia de amor.
Mi querida y fantasma España
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No me gusta el presidente Obama. Creo que es una copia en color de Zapatero pero se despidió de nuestro país diciendo «Dios bendiga a España». No me imagino a ninguno de nuestros políticos en ejercicio nombrando a Dios para nada y ¡así nos va!
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