Congreso PP. Trampas Saduceas (II)

La objeción de conciencia como coartada.

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En el Partido Popular están preocupados. No quieren que se note su giro ideológico. No quieren que sus votantes o militantes con principios les abandonen (les necesitan para las elecciones, para nada más), son conscientes de que hay malestar.

Un malestar generado por un incumplimiento flagrante del programa electoral: mantener la ley del aborto de Zapatero, mantener la equiparación al matrimonio de las uniones entre personas del mismo sexo, subir los impuestos, no reducir el peso del estado y la administración en la vida de los españoles, no cortar con el despilfarro público, no trabajar con firmeza por la unidad de España, no garantizar la libertad de educación,…

Un malestar provocado también por el desarrollo de políticas contrarias al ideario del partido como las leyes LGTBI promovidas por «barones» del PP o el intento de regular los vientres de alquiler.

Un malestar indignado ante el trato vejatorio que han sufrido aquellos militantes y cargos públicos que han osado defender el ideario de partido popular y que por ello han sido eliminados de las listas y multados.

Ese malestar está presente y supone un riesgo de ruptura del PP, quizás no tanto de la organización (que vive de ello) pero sí de la militancia y los votantes. En las últimas elecciones generales el PP perdió casi 4 millones de votos, algo tendrá que ver todo este malestar. Pero este abandono puede ir a más. Ya muchos no consideran el PP la casa común de nada.

Por eso la dirección reacciona y parece dispuesta a aceptar el voto en conciencia entre sus cargos públicos. Ya veremos en qué términos queda admitida esta objeción de conciencia, pero no cabe duda que como toda trampa saducea, es una jugada maestra. Se trata de un efectivo tranquilizante de conciencias.

La solución en su perversidad es brillante. El PP a todos aquellos militantes incómodos con su deriva ideológica les dice: ya no somos lo que éramos, hemos cambiado ideológicamente y vamos a promover políticas que nunca hubiera aceptado el partido popular en el que tú entraste, al que tú te afiliaste, pero quédate con nosotros. No te preocupes, te dejamos en paz, en los temas de conciencia vota con libertad, no te obligamos a asumir nuestro programa, no te multamos, pero ayúdanos a seguir desarrollando un proyecto contrario a tus ideales más profundos.

Reconozcan que es brillante. El PP no va a defender tus ideas pero te deja quedarte sin problemas, no vaya a ser que te vayas con otros y pierdan votos pero eso sí, promoveremos lo contrario de lo que defiendes. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.

Algunos pensaran que mejor estar en el PP que en ningún sitio. Nosotros pensamos que mejor estar solos que mal acompañados.

Mi querida y objetora España.

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Categorías:España, política

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6 respuestas

  1. Se me olvidaba comentar que seguramente el PP, como otros partidos políticos, también está repleto de masones, ideólogos de género, ideólogos LGTBI, etc. De ahí el abandono de los principios cristianos, católicos y pro-vida.

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  2. Hace ya bastante tiempo que todos los partidos políticos, en general, han dejado de defender las ideas relacionadas con la Ley de Dios, la Ley Natural y el sentido común. Y, desde luego, el PP no es una excepción. Hoy en día el PP ya no es un partido «conservador» (como parece ser que sí lo era antes), salvo que se entienda por partido conservador el que «conserva» (es decir, mantiene sin modificarlas nada o casi nada) las leyes anti-cristianas y anti-católicas que ha ido introduciendo en las últimas décadas en PSOE.

    Desgraciadamente, el PP, como casi todos los partidos políticos, se ha dejado contaminar por todas las ideologías políticamente correctas actualmente imperantes, esto es, el relativismo moral, la ideología de género, la ideología LGTBI, el consumismo, el pansexualismo, etc.

    Los católicos no tenemos apenas donde elegir, entre otras cosas porque los pocos partidos católicos o casi católicos que existen, según creo, no suelen presentarse a las elecciones municipales ni generales, imagino que debido a cuestiones económicas o relacionadas con la Ley electoral. Creo que puede decirse que no nos queda casi ningún otro recurso que la oración. Recemos, pues, a Dios para que la situación cambie, cuando lo considere oportuno.

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  3. Si el PP no defiende los valores en ls que creo ¿por qué lo voy a votar? Me dirán que los otros son peores y es verdad, solo me que votar en blanco aunque no sirva de nada. Está claro que no hay posibilidad de un nuevo partido ya que se necesita dinero y nadie se lo va a dar a VOX ni al partido de Rosa que ya se hundió.

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  4. Yo también pienso que es mejor «estar en ninguna parte» que estar en la parte traidora.

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  5. «Un malestar generado por un incumplimiento flagrante del programa electoral: mantener la ley del aborto de Zapatero, mantener la equiparación al matrimonio de las uniones entre personas del mismo sexo, subir los impuestos, no reducir el peso del estado y la administración en la vida de los españoles, no cortar con el despilfarro público, no trabajar con firmeza por la unidad de España, no garantizar la libertad de educación,…» mantener la ley «antitabaco…

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