La conciliación

Un mito más de la posmodernidad.

Hace un año saltó a la fama el hijo de Carolina Bescansa, flamante ex-lideresa de Podemos. Bescansa decidió llevar a su hijo al pleno del congreso como reivindicación de la conciliación. A esa práctica le llama el diario Expansión, en su edición del lunes 26 de junio: «Coworking de conciliación: lleve su niño a la oficina». Según la noticia, cada vez más, los centros de negocio o de «coworking» ofrecen servicio de guardería para hacerse más atractivos a los potenciales usuarios.

La  noticia tiene más calado del que parece. Las críticas que se vertieron sobre Bescansa, creemos en MQE que con razón (la oficina no es el sitio adecuado para un bebe o niño),   se convierten en elogio para estos centros de coworking que, dice la noticia, facilitan la conciliación a través del servicio de guardería. Es el mundo al revés. Resulta que ahora conciliar no consiste en pasar más tiempo en casa con la familia, sino en llevar a los hijos a guarderías en el centro de trabajo. Pues perdónennos pero en MQE no consideramos que eso sea conciliar. Conciliar es justo lo contrario. Conciliar es subordinar el trabajo a la familia, es decir, organizar la vida laboral de forma y manera que afecte lo menos posible a la vida familiar. Y lo que nos propone el coworking de conciliación o la visión moderna de la conciliación es que organicemos nuestra familia en función del trabajo y eso no es bueno.

Algunos dirán: ¡hombre!, no está mal que nos den facilidades. Pues que quieren que digamos, depende. Lo que los empresarios y la sociedad deben dar son facilidades para estar con la familia, para que el trabajo no distorsione la vida familiar. Esa es la verdadera conciliación y si lo que me ayudan es a otra cosa, a encajar mi familia en el trabajo, por mucho que suponga alguna comodidad, a largo plazo perjudica la vida familiar, porque de una manera subrepticia va modificando mis prioridades.

Y aquí aparece uno de los mitos del siglo XXI, uno de esos mitos altamente dañinos para la familia: la conciliación. Porque la realidad es que la conciliación es casi imposible. Los ritmos de trabajo hoy dificultan seriamente la vida familiar y descentran a los padres de su principal tarea: la educación de los hijos y el cuidado del matrimonio.  Prioridades que en esta sociedad decaen ante el deber del trabajo. Detrás de la conciliación moderna está el hecho cierto de que el matrimonio cada vez pasa menos tiempo en casa y con sus hijos. La pregunta en una entrevista de trabajo no debería ser: ¿qué facilidades me dan para atender a mi familia?; sino este es el tiempo que mi familia me permite dedicar al trabajo ¿lo considera adecuado para las tareas que requiere?.

Es verdad, en MQE sabemos que el mundo se ha vuelto complejo, que es difícil para muchas familias salir adelante sin que trabajen marido y mujer, y en esas situaciones cualquier ayuda, incluidas las guarderías en el trabajo, son bienvenidas. Pero no nos dejemos engañar, bajo el mantra de la conciliación moderna hay una premisa clara: tu familia debe se compatible con tu trabajo. Y eso es invertir los principios, las prioridades. Hagamos examen de conciencia y preguntémonos ¿cuál es nuestra prioridad?. Porque una cosa es la necesidad y otra muy distinta el gusto.

Mi querida y bescansista España.



Categorías:Familia, Trabajo

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