Es este Niño Dios, y no los políticos, quién salva la humanidad.
Dice el libro de la sabiduría:
«Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón». (Sab 1,1)
Ojalá éste sea el programa de gobierno de nuestros políticos. Hacer el centro de su acción política a ese Dios que hoy se hace niño para salvarnos.
Feliz Navidad
Mi querida y creyente España.
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