Equivocando el enemigo

o la lógica de la política partidista.

El pensamiento clásico siempre enseñaba que tres eran las actividades que más reconocimiento social merecían: el sacerdocio, el maestro y el político. La razón es clara, son las profesiones que prestan el mayor servicio posible a la sociedad. El sacerdocio por ayudar al hombre a llegar a Dios (su meta natural), el maestro por mostrar al alumno el camino de la verdad y el bien desde el buen uso de la libertad; el político por preocuparse por el bien común.

El pensamiento político moderno ha encumbrado la democracia como la mejor forma de gobierno; algunos dicen más bien que es la menos mala. Sin embargo, cuando uno contrasta  la realidad de la política hoy y lo que esperaba de ella el pensamiento clásico descubre la diferencia entre la gran política y la pequeña política.

Hoy en España, lo mismo que en todo occidente, la política en democracia se han reducido a la pequeña política. Es decir, a la política partidista. Una política en la que lo único que importa es la búsqueda y mantenimiento del poder; en la que el partido está por encima del bien común; donde los ciudadanos sólo son votantes y no personas con problemas y necesidad de soluciones.

Es lo que vemos en el día a día de la política española a todos los niveles: local, autonómico y nacional. Un último botón de muestra es el empeño de PP y PSOE de atacar a Ciudadanos en Cataluña. La excusa es que Ciudadanos debe mover ficha para presentar candidato a la presidencia de la Generalidad.

No vamos a entrar en la razón o no de los argumentos. Ni tampoco a ponderar a Ciudadanos, que ya saben nuestros lectores no es santo de nuestra devoción, salvo por su posición frente al separatismo – que en Cataluña, dicho sea de paso, no es poco-.

Si vamos a entrar en lo que refleja la actitud de PP y PSOE. Resulta curioso el empeño de PP y PSOE de tratar de dañar a Ciudadanos dado su buen resultado en las últimas elecciones catalanas. Una vez más PP y PSOE hacen gala de política partidista. Resulta llamativo que dos partidos que se llaman constitucionalistas y que apelan al voto no separatista, se dediquen a atacar a aquella formación que defiende a los no separatistas en vez de atacar a los verdaderos enemigos de España y de los españoles que viven en Cataluña, los partidos separatistas.

Pero no, partido obliga. Así que nos desviamos del bien común, la devolución de los derechos y libertades a los españoles que viven en Cataluña y nos centramos en la pequeña política, en la política cutre, perjudicar al que me quita votos en vez de contrarrestar a los que quitan derechos y libertades.

En eso han convertido la política PP y PSOE, en querella partidista al margen del bien común, y por eso no es extraño que hayan acabado donde han acabado en Cataluña.

Mi querida y partidista España.



Categorías:Alma, Cataluña, política

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3 respuestas

  1. Magnífico. Así pienso yo también.

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  2. PSOE y PP han cedido, incluso han participado en el pasado con partidos catalanes, y, en el presente, hemos visto sus verdaderas intenciones.
    Lo que no consiguen los partidos constitucionalistas, lo lograron los secesionistas, uniéndose para dar jaque a la unidad de España.
    Todavía está en la mano política el proponer y cambiar las reglas del juego para evitar que los tahúres puedan conseguir saltar la banca.
    Si no, el pueblo deseará y clamará, a la Jefatura del Estado, la insumisión parlamentaria.

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  3. Entre los políticos actuales NO hay hombres de Estado. Todos son mini ratas que sólo confían en sus interesados asesores. Es tal el desprestigio que pocps hombres honrados quieren que sis hijos se dediquen a la política.

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