A propósito de la “disolución de ETA”
La ética clásica enseñaba la distinción y relación entre fines y medios a la hora de valorar la bondad de una acción.
Un fin por bueno que sea no se puede buscar por cualquier medio. Lo recoge el viejo y sabio dicho español: “el fin no justifica los medios”. Esta idea, de la ética clásica, se mantiene en nuestro imaginario colectivo. Y ha sido la base de una de las grandes críticas a ETA: “no es aceptable la violencia para conseguir fines políticos”.
Sin embargo, la ética clásica enseñaba que para que una acción fuera moralmente bueno debía combinar medios lícitos y fines lícitos. Y esto, por culpa del relativismo en que vivimos, parece que se nos ha olvidado a buena parte de la sociedad española, medios de comunicación y representantes políticos incluidos.
Porque la maldad de ETA no está sólo en los medios que utilizaba, la violencia, sino también en el fin que perseguía romper España. Y olvidar este elemento en el análisis es lo que está provocando efectos perniciosos.
Por un lado, una sensación de blanqueo de ETA. Si lo malo era el medio que utilizaba ETA y lo abandona, ETA ya no es mala. Pero no es así, ETA es mala, sobre todo por el fin que persigue.
A este blanqueamiento de ETA le sigue un segundo efecto pernicioso, más grave si cabe, el blanqueamiento del proceso de ruptura de España. Como sólo preocupan los medios y no los fines. El proceso de ruptura y no se ve como un problema, como una amenaza, sino como una opción más que cabe en un estado democrático. Es decir, se le da carta de naturaleza. Y no sólo se blanquea el proceso de ruptura sino también a todos los actores del mismo: Bildu, PNV, Naforroa Bai, Geroa Bai, PSE – con Eguiguren a la cabeza, Podemos – y muchos otros.
Finalmente, este blanqueamiento del proceso abona el terreno para la traición de los partidos “constitucionalistas” – PP y PSOE -. Si el fin se considera, erróneamente, legítimo y no hay violencia de por medio no hay problema en negociar. Y eso es lo que hizo Zapatero y aceptó Rajoy. Negociar con aquellos que buscan la ruptura de España. Traicionar a España y a los españoles.
Por eso hoy desde MQE queremos señalar que lo relevante no es ETA, a quien las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dejaron inoperativa, el problema es el proceso de ruptura del que ETA es un actor más entre muchos, que jugó un papel clave duramente muchos años y que ahora quiere jugarlo de nuevo buscando obtener un rédito político de una “disolución” que no tiene efectos prácticos.
No el problema no es si se disuelve ETA o no, el problema es que el proceso de ruptura sigue adelante, con ETA, una vez más que actor principal.
Mi querida y ética España.
Categorías:España, Terrorismo
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