Una enseñanza de la historia.
Todas las civilizaciones han considerado que la historia es buena maestra. Sin embargo, la modernidad no. En su soberbia ha querido hacer tábula rasa de todo, incluido de la historia. Ningún tiempo pasado puede enseñar nada a la modernidad. De ahí nace en buena medida el desprecio y olvido que nuestra época vive hacia la historia. Una historia que para más inri mostraría la raíz cristiana de toda la civilización occidental algo que la modernidad no puede tolerar.
Por eso, no es de extrañar la desaparición de la historia y de las humanidades en los currículum escolares. No debe haber nada que recuerde que fue posible construir una civilización, la civilización más elevada de la historia, desde unos principios contrarios a los que la modernidad nos propone. Ese olvido en la educación de la historia ha provocado que muchos españoles, hoy en la cuarentena, no tengan afición por la historia y sí una gran desconocimiento de la misma. Pierden una gran maestra para la vida.
Eso parece que le sucede a Pedro Sánchez y su empeño en desenterrar muertos. Quizás si conociera la historia, la figura de Carlos V y su forma de actuar pudiera seguir su ejemplo. Juan Carlos Domínguez Nafría le recuerda al Presidente como actuaba Carlos V, uno de los grandes gobernantes de la historia, con los muertos.
Sería bueno que tomara nota Pedro Sánchez y que en el futuro mirara más a la historia y menos a su ego, buscará más la cohesión de los españoles y menos su división, trabajara más por el bien común y estuviera menos en permanente campaña electoral.
Mi querida y desmemoriada España.
Categorías:Democracia, Unidad
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Con Pedro Sánchez el único remedio es echarlo de La Moncloa cuanto antes. No hay otro. El pobre es irrecuperable.
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