En eso se ha convertido Madrid.
Una característica propia de la izquierda, ya sea comunista, socialista o socialdemócrata, es condicionar nuestra forma de vivir. O mejor, obligarnos a vivir a todos como ellos deciden que hay que vivir. Por eso, libertad e izquierda – ya sea socialdemócrata, socialista o comunista – es tándem imposible.
La última, hoy, de Carmena en Carmenagrado ha sido triple:
- Implantación de Madrid Central, para reducir la contaminación.
- Aplicación del protocolo medioambiental – parece que Madrid Central no da los resultados esperados en materia de contaminación -, anticipando la obligación de llevar la pegatina Eco del coche establecido por la DGT. La DGT la establece obligatoria para abril y Carmena en Carmenagrado la hace obligatoria ayer, si previo aviso.
- Establecer controles en las entradas de Madrid -ejemplo, dejar Serrano en un sólo carril para que no se escape ningún coche – creando un atasco monumental, para forrar a multas a madrileños que a) no tenían obligación legal de llevar la pegatina hasta abril, b) se enteraron el día anterior de que no llevarla supondría sanción.
Esto es Carmenagrado: limitación a la libre circulación, imposición de los caprichos de la alcaldesa, exceso de autoridad vía sanciones. Lo sorprendente es que parece que los madrileños no les molesta.
Y eso sí, la bici de Carmena para la foto.
Mi querida y estalinista España.
Categorías:Libertad
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