Una ecuación que no falla.
Lula Da Silva, la «esperanza» de Brasil. El eterno presidente del Partido de los Trabajadores (de ideología marxista) que llevaría por fin la honradez al gobierno de Brasil. Un gobernante del que los medio de comunicación no paraban de hacer loas, por su honradez, por su compromiso social, …
Pues resulta que ha sido condenado por segunda por ver por corrupción: «Lula, condenado a 12 años por un segundo caso de corrupción».
Una vez más se cumple la ecuación Marxismo en el poder = corrupción. Eso sí, todo en nombre de los trabajadores, lo que no sabemos es de cuáles.
Mi querida y saqueada España.
Categorías:socialismo
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