Una vez más, a la altura.
Que quieren que les digamos. En MQE somos monárquicos, monárquicos por convicción. Porque creemos no sólo que la monarquía es el mejor sistema de gobierno – la monarquía en la que el rey además de reinar gobierna – sino porque además es una institución esencial al ser de España, propia de la nación español, y también porque la historia nos demuestra los grandes servicios realizados por la institución a España.
Como monárquicos no nos gustó el papelón que le ha hecho representar nuestra clase política, en este caso Pedro Sánchez y del PSOE, a su Majestad Felipe VI. No, las dictaduras comunistas no se deben visitar y menos homenajear. Sabemos que el Rey, como monarca constitucional, tiene poco que decir en este tipo de cosas y que, por tanto, su responsabilidad es nula, o pequeña, en esta cuestión. Desgraciadamente su agenda depende de las necesidades o caprichos del gobierno de turno.
Sin embargo, Felipe VI ha vuelto a estar a la altura. Decimos ha vuelto, porque hace dos años, su intervención – esta vez con un gobierno del PP – fue determinante para parar el golpe de estado – perdón, la sedición – en Cataluña. Y ha vuelto, porque ahora en Cuba ha tenido la valentía de exigir la democracia, de poner en valor las libertades políticas.
Una vez más Felipe VI ha sabido estar a la altura, algo no fácil en la actual conyuntura española. Algo que es de agradecer en una nación, España, en la que destrucción de las instituciones, todas, está provocando un gran desamparo de los ciudadanos. Al menos parece que queda la institución monárquica como asidero seguro para los españoles. Somos conscientes de que la monarquía parlamentaria tiene poco poder real y efectivo, es más florero que otra cosa, pero también hemos visto cómo es al única institución que queda en España con verdadera autoridad – de nuevo el ejemplo de Cataluña -, y eso siempre puede ser una vía de escape y un seguro ante tanto desgobierno y el derrumbe del estado de derecho.
Confiamos en que Felipe VI mantenga su trayectoria y nos atrevemos a aconsejarle, para el éxito de su misión, que no se olvide del Rey de reyes.
Mi querida y monárquica España.
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