Pescadores en río revuelto.
El Bien Común es uno de los concepto neurálgicos de la doctrina política clásica, del pensamiento político tradicional. Sobre el se justifica el papel de la autoridad. Es el Bien Común lo que debe buscar la autoridad en su ejercicio.
El Bien Común como su nombre indica es común, es decir, no es divisible y a su vez puede ser disfrutado por todos los ciudadanos a la vez. Como Bien que es hace referencia a un orden objetivo moral. Es un concepto complejo, que podríamos definir como el conjunto de condiciones de la vida social que permiten el desarrollo más fácil y pleno de la vida de los ciudadanos, familias y las instituciones. Es decir, perseguir el bien común es establecer unas bases en la vida social que faciliten el desarrollo pleno de la vida de sus miembros.
Sin embargo, llevamos años de reconstrucción del concepto del Bien Común, sustituido por un vacío interés general, por influjo de dos fuerzas: por un lado, el liberalismo que destruye el carácter común de este bien y, por otro, del marxismo que confunde Bien común con interés del estado, cuando no tienen nada que ver.
Ahora algunos parecen querer recuperar el concepto de Bien Común, sin embargo, advierte con razón Ricardo Calleja que hay algunos falsos amigos del Bien Común: el colectivismo, la planificación centralizada o el autoritarismo. Dejes propios del marxismo que buscan enmascararse en el noble concepto del Bien Común.
No nos dejemos engañar, busquemos el verdadero Bien Común: amigo del principio de subsidiaridad, del principio de solidaridad, de la participación, respetuoso con la libertad familiar e institucional, defensor de la dignidad ontológica de le personas y rechacemos a los pescadores que buscan ganancias injustas en rio revuelto.
Mi querida y común España.
Categorías:Bolivarianización, política
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