Hay que evitar que los españoles sigan preguntando por la gestión del gobierno.
Los papeles empiezan a salir, y son muchos. Papeles que demuestran no sólo que el gobierno conocía mucho antes de lo que ha dicho la presencia y gravedad del coronavirus en España, sino que a pesar de ese conocimiento el gobierno tuvo desinformada a la sociedad y, lo que es peor, no hizo nada para preparar el sistema sanitario y la nación en su conjunto para afrontar de la mejor manera posible la amenaza del virus que ya estaba en España.
Ante eso el gobierno acaba con la Fase I del experimento social: el confinamiento. Sí, experimento social, porque nadie duda de que la primera quincena de estado de alarman, incluso la segunda, fueran necesarias – aunque tardías – para no agravar el colapso del sistema sanitario fruto de la inacción e imprevisión del gobierno, pero el resto ha sido gratuito.
Experimento social que consistía en comprobar si era posible confiar totalmente – algo que sólo ha hecho España – a la población, durante cuánto tiempo y analizar qué reacciones se producirían. El gobierno desde finales de abril tiene claro que la población no aguanta más y no sólo eso, que se ha empezado a constituir un movimiento social de protesta contra la gestión del gobierno.
Visto que los españoles no aguantan más y las protestas el gobierno empezó a recular: dejó paseos con los niños y empezó, a los pocos días, a desconfinar – por fases – a la población. Sin embargo, las protestas no se han rebajado y lo que es peor, empiezan a aparecer documentos que ponen en evidencia las mentiras del gobierno, su negligencia – estamos hablando de vidas humanas – y su incapacidad. Ante estos dos elementos el gobierno lo tiene claro: hay que desviar la atención de los españoles. ¿Para qué? Para ocultar los gravísimos efectos de la no-gestión de la crisis y para los españoles no piden responsabilidades.
Aquí es cuando aparece la Fase II del experimento social: ¿somos capaces de desviar la atención del pueblo español a pesar de la gravedad de lo que ha sucedido? La experiencia demuestra que sí (el ejemplo más claro es el 11-M), pero eran otras circunstancias. Hay que intentarlo de nuevo, de ello depende la supervivencia del gobierno social-comunista que dirigen Pablo y Pedro.
¿En qué consiste la estrategia? Pan y Circo. Desde el sábado pasado el gobierno no deja de hablar de que hemos superado la pandemia; empieza a hablar de que se autoriza el fútbol, las playas; de hacer turismo nacional en verano; de que las fases de desconfinamiento ya no tienen que ser de 15 días, se pueden adelantar; la crisis nos ha hecho más fuertes;… es decir, ir generando una sensación de que la crisis ha pasado y hay que pensar en el disfrute, mirar adelante y no atrás. No preguntar por la gestión.
Y sí, también se declara el luto nacional ¿por qué ahora? Porque con la maniobra de despiste el gobierno espera que los españoles no preguntes mucho por los muertos. Porque no basta con declarar el luto nacional, sería necesario también actos de homenaje y recuerdo a los muertos.
En resumen, estamos ante un nuevo ejercicio de control social. La cuestión es si los españoles caeremos en la trampa, si nos dejaremos manipular. Y eso sólo depende de cada uno de nosotros. Depende de nosotros no olvidar a los muertos y no decaer en la exigencia de responsabilidad al gobierno.
Mi querida y manipulable España.
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