Si no quieres taza, taza y media.
Varapalo al gobierno por su obsesión con Madrid. Sánchez ha querido utilizar la crisis sanitaria para fines políticos una vez más. Esta vez el objetivo era la Comunidad de Madrid, concretamente Isabel Díaz Ayuso. Para eso había que poner el foco en la situación sanitaria de madrid. ¿Cómo? Transmitiendo una imagen distorsionada de la situación sanitaria en Madrid, modificando los límites previamente establecidos por el gobierno a la hora de evaluar los niveles de riesgo y entrando como un elefante en una cacharrería obligando a Madrid a adoptar medidas de restricciones de derechos más allá de lo necesario para gestionar adecuadamente la crisis.
El resultado de esta sobreactuación ha sido triple:
- por un lado, el gobierno llega tarde. Los datos han demostrado que las medidas tomadas por la Comunidad ya estaban siendo efectivas y que no hacía falta ir a más, complicando la vida y poniendo en riesgo el bienestar de más madrileños de lo estrictamente necesario.
- por otro, el gobierno llega mal. Los tribunales han sentenciado que las normativa a la que apelaba el gobierno para imponer sus medidas a Madrid no amparaba la restricción de derechos que conllevaban.
- finalmente, el gobierno no hace nunca lo que dice. Prometió, se comprometió a una reforma del ordenamiento jurídico que dotara a las administraciones públicas de medios alternativos al estado de alarma para poder gestionar eficazmente la crisis sanitaria. Una vez más el gobierno no lo hizo. De aquellos polvos estos lodos.
En definitiva, lo que venimos viendo a lo largo de toda la pandemia, un gobierno que llega tarde y mal.
Ante el varapalo judicial Sánchez reacciona como cabía esperar de un dictadorzuelo orgulloso, soberbio, revanchista e inseguro, amenazando. En plan cacique amenaza a Madrid con decretar el estado de alarma.
Este es el tipo de gobernante que tenemos y al que todavía algunos españoles siguen dando crédito. ¿Por cuanto tiempo más?
Esperemos que Isabel Díaz Ayuso aguante el envite y que también haya aprendido de errores pasados (tanto en la gestión de la crisis – que se verdad que mejoran los datos, pero la Comunidad debía haberse anticipado más -, como en la relación con el gobierno de la nación).
Mi querida y caciquil España.
Categorías:Coronavirus, Libertad, Madrid, política
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