Juanjo Puigcorbé, del porno a concejal independentista

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En la foto a la izquierda se puede ver a Juanjo Puigcorbé paseando en porreta por Barcelona a bordo de una Vespino. Se trata de una escena de la película La Orgía (1978) Al final de la escena, su madre le dice: “No estás bien. Has de centrarte; acabarás muy mal“. Se equivocaba, sin duda.
L´orgia fue uno de esos bodrios que firmaba tan ufano el idolatrado (por aquí) Francesc Bellmunt, un verdadero maleta. La gracia era que allí todo dios —y no solo Puigcorbé— se pasaba casi toda la película en pelota picada, algo a la sazón muy en boga.
El hombre se vino arriba pero, como aquí solo surgían encargos de medio pelo, se fue a “hacer las américas” al execrable Madrit. Amparándose en la mediocridad general y después de hacer cursillos para quitarse el acento catalán fue consiguiendo bastantes papeles, incluso haciendo doblajes. Pero el hombre parece ser que estaba un poco endiosado, empezó a caer gordo en todas partes y su teléfono dejó de sonar, como nos explicaba Ramón de España. Así que decidió volverse, como los “indianos”.
Pero la única manera de encontrar trabajo por aquí es subirse al carro del procés porque si no… no te comes una rosca. Ese sujeto, que no es nada tonto aunque lo parezca, se ha dado cuenta rápidamente de qué iba el asunto. Subido a la chepa de Alfred Bosch, candidato de ERC, ha conseguido —gracias al pacto cuatripartito— lo que pretendía: una silla, una nómina y una flamante banda, probablemente su viejo sueño de juventud.



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1 respuesta

  1. Los titiriteros sobran en la política.

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