Más allá de Trump, hay candidatos a presidente de EEUU de los que nuestros corresponsales no les hablan

DonaldTrump

Nuestros corresponsales en Washington, siempre tan imparciales ellos, nos están presentando al polémico multimillonario Donald Trump como si fuera ya el candidato del Partido Republicano que se enfrentará a -supuestamente, también- Hillary Clinton en las elecciones presidenciales estadounidenses que se celebrarán el primer martes de noviembre de 2016 (allí la fecha electoral es fija y no depende del capricho o la estrategia electoral del presidente candidato a la reelección o su partido).

Evidentemente, todo está todavía por decidirse, pues hasta enero no se iniciará la carrera en serio con el tradicional caucus de Iowa, en el que las pequeñas asambleas de ciudadanos de ese estado básicamente agrícola votarán y empezarán a poner el corte a los hasta dieciséis simpatizantes del Partido Republicano que quieren ser nominados por los conservadores como su candidato en la carrera por la Casa Blanca. Sí, sí, ha oído bien: hay hasta diecieséis candidatos para todos los gustos que podrían llegar hasta veinte, aunque usted sólo oiga hablar de las paridas que suelta Donald Trump. De hecho, Trump no es ni siquiera un republicano pata negra, pues fue demócrata en su momento y ya ha anunciado que se presentará como independiente si los electores del GOP no le escogen a él como candidato republicano; además de estar a favor del aborto, los matrimonios gays, y haberse divorciado en dos ocasiones para casarse tres con señoras a cuál más florero que la anterior.

No querríamos ruborizar al lector hablándole de primarias con hasta casi veinte candidatos, cuando aquí en el Partido Popular su candidato a presidente del gobierno será escogido por su propio dedo, pero sí que quisiéramos descubrirle tan sólo a dos candidatos que le van a romper todos los tópicos que en esta nuestra vieja Europa tenemos acerca de la derecha americana.

Uno de ellos es el Doctor Ben Carson, que tiene una historia de superación personal a su espalda: nacido en una familia pobre, su padre no quiso saber de sus hijos y su madre limpiaba para sacar adelante a los niños, pero lejos de lamentarse y quedarse instalado en el victimismo, exigiendo o esperando que el gobierno le salvara, Carson ha llegado a ser una eminencia en medicina como uno de los neurocirujanos de mayor prestigio, además de un hombre de fe y familia cuyo lema es «Con trabajo duro, perseverancia, y fe en Dios, puedes vivir tu sueño». Carson es -oh, sorpresa primera- un candidato bendecido por el Tea Party, y -oh, sorpresa segunda- un afroamericano con la piel más morena que la del actual presidente Barack Obama. ¿Pero no era el Partido Republicano tan enemigo de los negros americanos? Aquí hay algo que no cuadra y nuestros corresponsales no nos cuentan la realidad de aquel gran país con toda su complejidad.

Otro candidato, o mejor dicho candidata, es Carly Fiorina, pero no busquen sus méritos en las juventudes del partido pegando carteles, obedeciendo a algún jefecillo local o pasando de concejal a diputado autonómico y luego nacional, pues sin necesidad de cuotas ni paridades, la Señora Fiorina llegó a primera ejecutiva de nada menos que la multinacional Hewlett Packard, y desde hace tiempo se dedica a conjugar empresa y asociaciones sin ánimo de lucro.

Pues ya lo ven, hay países con democracias más avanzadas, y en las que los mejores quieren dedicar años de su vida a servir a su comunidad. Igualito que aquí, ¿verdad? ¿Por qué será que nuestros periodistas nos ocultan a estos candidatos? ¿Y no será que un negro que sale del gueto y habla de como su fe le ha ayudado a superar sus circunstancias personales, y una mujer que llega a lo más alto en la empresa sin necesitar de discriminaciones positivas ni esas leyes que tanto le gustan a los demócratas, les contradice la historia que nos vienen contando sobre el Partido Republicano y los EEUU desde hace décadas, además de cuestionar sus dogmas sobre igualitarismo en raza y género habituales?

No duden que, entre los trece candidatos restantes, encontraremos a más de uno con una historia admirable (como un hijo de indios de la India como Bobby Jindal o uno de hispanos como Marco Rubio), pero nuestros cronistas de política americana nos seguirán hablando sobre Donald Trump o de cualquiera que encaje mejor en la caricatura de republicano, por no decir de norteamericano, que tanto les interesa divulgar: un viejo varón descendiente del Condado de York, miembro del Ku Klux Klan, armado hasta los dientes, que va pegando tiros por el rancho o escupiendo a los indigentes por la calle y miembro de alguna secta que cree que mañana Nuestro Señor Jesucristo se presentará en el Capitolio con una nave espacial para salvar del Armagedon a los congresistas y senadores adscritos al Tea Party. No esperemos pues que nuestros corresponsales se vuelvan al menos imparciales, pues llevan demasiado tiempo babeando por los demócratas desde JFK hasta Obama. No se preocupe, desde MQE ya nos encargaremos de irles explicando cómo se desarrolla la carrera hacia la Casa Blanca y descubriendo perfiles e historias ocultas de los conservatives. Conservadores auténticos y no sólo en el nombre, off course.

Mi querida y yankee España



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1 respuesta

  1. Los medios de comunicación españoles están en manos de empresas extranjeras que deciden loquera se debe publicar, de acuerdo con sus propios intereses. Ellos prefieren entretenimiento para la gente.No tienen ninguna pretensión de educar y los políticos españoles tampoco. Que la gente se entusiasme con el fútbol o con los bodrios de sexo, lujo y buena vida, concursos y programas de cocina, mucha cocina.

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