Por si los catalanes no tuviéramos suficiente con un Artur Mas que, nada más volver de las vacaciones veraniegas, nos mete en una campaña electoral y nos hace votar el día de regreso de un puente por fiestas patronales en el área metropolitana de Barcelona (seguramente para que el votante metropolitano, más reacio a participar de las ensoñaciones independentistas además de tender más por abstenerse en los comicios autonómicos, se despiste en la playa o se quede parado en una caravana con el colegio cerrando); ahora va Rajoy y nos dice que habrá campaña electoral en pleno Adviento y puente de la Purísima, puesto que que seguramente votaremos el 20 de diciembre, dos días antes del día de la Lotería y cuatro de la Nochebuena.
Es decir que, a la campaña comercial navideña que ya desde Todos los Santos (Halloween para los «modernos») nos atrofia el espíritu y mira de exprimirnos el bolsillo, habrá que sumar la electoral, y tendremos unas calles con luces y a la vez con carteles electorales.
El que aquí escribe ignora si Rajoy se vestirá de rojo y se nos presentará como Papá Noel a la hora de volver a prometer cosas que luego no cumple, pero sí que tiene muy claro cómo se deberían fijar las fechas electorales. En EEUU, el Reino Unido o Francia las fechas de los comicios están fijados ya de antemano, siempre son el mismo día cada cuatro o cinco años, y no depende, por tanto, del capricho o la estrategia electoral del político de turno: en este caso un presidente del gobierno calculando cuándo le conviene convocar para ganarse un puñado de votos que le aseguren su reelección.
Mas quiere movilizar a los electores de las comarcas interiores subiéndoles al autocar un año más para la fiesta del 11-S que este año servirá de enganchada de cartel de su candidatura, y desmotivar al mayor número de aquellos que viven por Barcelona y su cinturón tradicionalmente más abstencionistas y votantes de partidos estatales en su mayoría. Ahora Rajoy quiere apurar para que entre los datos macroeconómicos y la euforia que suscita el consumismo que se produce en las vísperas navideñas poder llevarse unos cuantos más de miles de votos para la saca. Si fueran tan avispados a la hora de gestionar nuestros intereses como de intentar obtener nuestro voto, otro gallo nos cantaría.
Con los parlamentos caóticos que según las encuestas van a salir de sendas elecciones, esperemos que no haya un adelanto en primavera, tengamos la Semana Santa en paz y vivamos la Pascua con gloria.
Mi querida y electoralista España
Categorías:Elecciones
miqueridaespana.wordpress.com 
Rajoy se ha dedicado casi toda la legislatura a los problemas económicos y ahora le falta tiempo para hacer algo que pueda animar a los españoles pues sabe que los datos macroeconómicos no sirven para alentar ilusiones. Además de la economía tenía que haber puesto a trabajará sus ministros y no al señor Montoro y abordar los cambios legislativos en el primer semestre de su mandato. Hay que decirle aquello de «a buenas horas mangas verdes»
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El 20 de diciembre es aniversario del asesinato de Carrero Blanco (1973)
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