Se burla de las fronteras… pero vive como un marajá graciasa ellas
Guillermo del Toro, el flamante director mexicano afioncado en Estados Unidos que acaba de triunfar en la gala de los Óscar, aprovechó la entrega de los premios para cargar contra las fronteras, ese supuesto invento de la Derecha, que calificó como nada más que «líneas en la arena», arbitrarias y llamadas a desaparecer. Los progres aplaudieron a rabiar: ¡menuda lección le hemos dado a Trump!
Pero tras los aplausos nos enteramos de que entre 1998 y 2015, del Toro no visitó México ni una sola vez. ¿El motivo? el miedo a los secuestros, industria boyante al sur de esa línea de arena que le permite vivir confortablemente en Estados Unidos.
Pero aún hay más, ¿qué pasa con esa «líneas en la arena» que rodea el casoplón en el que el millonario cineasta pasa sus días? ¿También es arbitraria y absurda?
Es lo que tiene esto de ser progre, que te aplauden los tuyos y te quedas muy satisfecho… a cambio de vivir en la hipocresía más absoluta.
Mi querida y fronteriza España
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